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Putin fue recibido con honores en Mongolia a pesar de la orden de detención de la CPI

El líder del régimen Vladimir Putin y su homólogo mongol, Khurelsukh, firman documentos y hablan con la prensa en Ulán Bator | Foto: Cortesía captura de pantalla Actualidad RT

El régimen ruso, encabezado por Vladímir Putin, realizó una visita altamente publicitada a Mongolia este martes, donde fue recibido con grandes honores por su homólogo mongol, Ukhnaagiin Khurelsukh. Este viaje se llevó a cabo a pesar de la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el líder del Kremlin.

La visita, organizada en el marco del 85 aniversario de la victoria de las fuerzas mongolas y soviéticas sobre el Japón imperial, se llevó a cabo en la emblemática plaza de Gengis Kan en la capital mongola, Ulán Bator. La pomposa recepción de Putin contrasta marcadamente con las expectativas de la CPI, que había instado a Mongolia, como miembro del tribunal, a cumplir con la orden de arresto emitida contra Putin por la supuesta deportación ilegal de niños ucranianos desde la invasión rusa en 2022.

El viaje de Putin fue inmediatamente criticado por Ucrania y diversos sectores internacionales, incluyendo Occidente y grupos de derechos humanos. Kiev acusó a Mongolia de ser cómplice en los presuntos «crímenes de guerra» del régimen ruso, y pidió que el país anfitrión ejecutara la orden de detención. La CPI había recordado a sus miembros su obligación de arrestar a los individuos buscados por el tribunal.

Mongolia, situada estratégicamente entre Rusia y China, ha mantenido históricamente una relación cercana con Moscú, así como importantes lazos comerciales con Pekín. Durante la era soviética, el país estuvo bajo influencia rusa, y su postura actual refleja una delicada balanza entre estos dos gigantes asiáticos. El país se abstuvo de condenar la invasión rusa en Ucrania y se mantuvo neutral en las votaciones de la ONU sobre el conflicto.

La llegada del líder del régimen ruso a Mongolia provocó algunas protestas locales, con activistas que mostraron pancartas exigiendo la salida del «criminal de guerra» Putin. Sin embargo, una manifestación adicional planeada para el martes fue reprimida por las estrictas medidas de seguridad desplegadas en torno a la visita.

Amnistía Internacional expresó preocupaciones de que la falta de acción de Mongolia pueda debilitar la credibilidad de la Corte Penal Internacional, planteando interrogantes sobre la eficacia del tribunal en la persecución de crímenes internacionales.