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Opinión

Edward Rodríguez | Edmundo González y el 10 de enero, “Soy yo y mi circunstancia”

Cortesía

Iniciamos este artículo citando al filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset con la frase: “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”, esta icónica reflexión apareció en las Meditaciones del Quijote, Ortega lo resumió en que todo lo que está en el entorno del hombre, su vida y sus decisiones, cualquier camino que se tome tendrá un resultado bueno o malo, pero hay que tomarlo.

Mi padre también muchas veces me lo decía, hay que tomar decisiones con sus implicaciones, pero hay que tomarlas y terminaba citando a Ortega y Gasset “Soy yo y mis circunstancias “. El 10 de enero ya parece ser una decisión tomada por Edmundo González Urrutia: regresar a Venezuela y juramentarse en Caracas como presidente electo por 7.303.480 venezolanos.

Al señor Edmundo, quien merece todo mi respeto, le ha tocado tomar decisiones y lo ha reiterado en cientos de entrevistas que ha concedido a la prensa en el mundo: no quería ser candidato, pero prestó su nombre para ser la aspirante tapa, ¿Qué significa ser tapa se preguntará usted? Y la respuesta es, no ser el competidor final sino el provisional; y esto ocurrió luego que Maduro no dejara participar como candidatas presidenciales de la Unidad ni a María Corina Machado ni a Corina Yoris.

Esto le trajo las consecuencias menos esperadas como persecución, amedrentamiento de la dictadura, stress, conflictos y todo lo que embarga la política y las pretensiones de arrebatar el poder, pero ya estaba montado en el burro, como decimos los venezolanos, y no podía bajarse, el compromiso era del tamaño de Venezuela y tenía sobre sus hombros la esperanza de un pueblo dentro y fuera del país. En efecto ganó las elecciones 70 a 30 y derrotó a Maduro el 28 de julio del 2024.

Luego le tocó tomar otra decisión, la de salvar la vida y mantenerse en resguardo, como él mismo lo confesó: el 29 de julio se refugió en la embajada de los Países Bajos y luego en la de España para finalmente, y como suele ocurrir en este tipo de operaciones, salir de Venezuela sin decírselo a nadie hasta que llegó al aeropuerto de Barajas en Madrid.

González Urrutia emitió su primer mensaje y afirmó que su partida de Caracas “estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida. Confío que próximamente continuaremos la lucha por lograr la libertad y la recuperación de la democracia en Venezuela”. El comunicado generó en la opinión pública un sabor amargo, una parte pensó en el abandono del padre cabeza de familia, otros coincidieron en que era mejor que se fuera antes de caer preso de la dictadura. Imagino que esa decisión no debió ser fácil.

De inmediato la líder de la oposición María Corina Machado fijó posición, y cual madre de familia explicó lo ocurrido y respaldó la ausencia del padre: “Su vida corría peligro, y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo”, escribió en la red social X, antes Twitter.

El 17 de octubre Don Edmundo da su primera declaración a un medio de comunicación internacional (CNN) luego de la llegada a España; en ella contó cuál fue el papel del Gobierno de España en su salida y además aseguró que es “más útil afuera que adentro”, en libertad y no detenido, para conseguir la solución a la crisis política de Venezuela.

Sin embargo, seguía el sabor amargo en sectores de la oposición venezolana por su ausencia, pero en diversas encuestas que se realizaron en esos días de octubre y noviembre la gente seguía manteniendo la confianza en Edmundo y en María Corina, además de tener una alta expectativa de su regreso el 10 enero de 2025.

Recientemente, específicamente el 30 de noviembre le declaró a la agencia Europa Press que en ningún momento se plantea ser investido como presidente de Venezuela en su actual exilio, “absolutamente no”, recalcando que no renuncia a volver al país del que salió a principios de septiembre.

Por último, cree que el Gobierno de Maduro “en algún momento aceptará” esa “soberanía popular”, para lo cual no cierra la puerta al diálogo. De hecho, afirmó que “estamos dispuestos a negociar una transición en paz para Venezuela”.

He sido partidario de no ponerle una camisa de fuerza al presidente electo de los venezolanos Edmundo González Urrutia en su regreso a Venezuela, la dictadura no merece tener un preso más, pero volvemos a la reflexión de José Ortega y Gasset “yo soy yo y mi circunstancia”.

Igual le tocó a Juan Guaidó siendo presidente interino de Venezuela cuando en el 2019 y 2020 y a pesar de las amenazas públicas y latentes por parte del régimen de Maduro, regresó al país luego de dos sendas giras internacionales. Seguro que también sintió miedo, pero volvió tras tomar la decisión de hacerlo para mantener la lucha por la democracia; en ese momento contaba con el respaldo de EEUU cuyo gobierno era presidido por Donald Trump, y con el apoyo de 60 países. Maduro sin duda alguna sentía una amenaza real.

Señor Edmundo, “soy yo y mi circunstancia“ y como lo ha reiterado tantas veces: el 10 enero lo esperan en Caracas.