El ministro de Relaciones Exteriores de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen, afirmó este miércoles 8 de enero que Groenlandia podría independizarse si así lo deciden sus habitantes, pero descartó categóricamente que la isla pueda convertirse en un estado de Estados Unidos. Esto se produce tras las declaraciones del presidente electo Donald Trump, quien no descartó el uso de la fuerza militar o económica para anexar la isla ártica.
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Groenlandia, un territorio autónomo con 57.000 habitantes que ha sido parte de Dinamarca durante 600 años, está gobernada internamente por el primer ministro Mute Egede, quien ha expresado ambiciones de independencia. Sin embargo, convertirse en parte de Estados Unidos no figura en los planes del territorio.
“Groenlandia tiene sus propias ambiciones y, si se materializan, será independiente. Pero difícilmente con la intención de ser un estado federal de Estados Unidos”, afirmó Rasmussen, restando gravedad a las declaraciones de Trump, pero subrayando el compromiso danés con la autonomía de la isla.
El líder republicano, que asumirá la presidencia el próximo 20 de enero, generó revuelo al calificar a Groenlandia como una “necesidad absoluta” para la seguridad nacional y la libertad global. Estas declaraciones, junto con su afirmación de no descartar el uso de la fuerza para anexionar el territorio, han alarmado a aliados europeos.
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Mientras tanto, Donald Trump Jr., hijo mayor del presidente electo, realizó una visita privada a Groenlandia el mismo día que estalló la controversia, lo que ha generado preguntas sobre las intenciones futuras de la administración entrante respecto a la isla.