Venezuela cayó al puesto 160 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2024, elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF), cuatro posiciones por debajo del año anterior.
El país se mantiene como uno de los peores de la región en cuanto a garantías para el ejercicio periodístico, en un contexto marcado por la crisis económica y el avance del autoritarismo.
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El informe anual de RSF, publicado este viernes, advierte que la libertad de prensa en América atraviesa un deterioro generalizado. La organización señala que los medios enfrentan “retos estructurales y económicos persistentes”, además de una creciente concentración empresarial y presiones gubernamentales que debilitan la independencia editorial.
En todo el continente americano, 22 de los 28 países evaluados mostraron una caída en el indicador sobre la salud económica de los medios.
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Según RSF, esta precariedad ha provocado el cierre de numerosas cabeceras locales, lo que ha dejado vastas zonas sin cobertura informativa y ha contribuido a la desinformación.
El informe también destaca que la confianza del público en los medios tradicionales continúa desplomándose, mientras los periodistas son blanco de hostilidad creciente, tanto desde sectores estatales como sociales.
Desde 2002, año en que comenzó a elaborarse el índice, la situación global de la libertad de prensa no había alcanzado niveles tan bajos como los registrados en 2024, advierte RSF.