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EE.UU

Polémica ley educativa de Florida se convierte en un quebradero de cabeza para Disney

Los problemas empezaron con una nota interna enviada por el director ejecutivo de la empresa, Bob Chapek, el 7 de marzo, después de reunirse con miembros de la comunidad LGBTI de la compañía.

En el documento, citado por varios medios locales, el directivo se mostró reacio a que Disney se opusiera a la ley floridana. Chapek alegó que los comunicados de empresa «hacen muy poco por cambiar las cosas o las mentes» y, en cambio, «son utilizados, a menudo, como armas por uno u otro lado para dividir».

La publicación de esas declaraciones desató una lluvia de críticas, ya que muchos las consideraron como una falta de apoyo hacia la comunidad LGBTI. Una campaña para boicotear la compañía empezó a circular en las redes sociales.

Entre los detractores más duros apareció Abigail Disney, nieta de Roy O. Disney, cofundador de la compañía con su hermano Walt.

«Muchas personas LGBTI y sus aliados trabajan para Disney o buscan su apoyo», escribió la activista y productora de documentales en Twitter. «Pero Chapek está más preocupado por la reacción de la derecha que por sus fieles seguidores y empleados».

La ley de Florida, apodada «No Digas Gay» por sus opositores, prohíbe a los profesores hablar de cuestiones de identidad de género y orientación sexual con sus alumnos desde el preescolar hasta el tercer grado, cuando tienen ocho años o nueve años.

Sus críticos afirman que el texto perjudica a los jóvenes y a los padres de la comunidad LGBTI y es parte de una ofensiva conservadora emprendida hace meses por el Partido Republicano, que controla el Parlamento y el gobierno de ese estado del sureste de Estados Unidos.

– Nuevos reveses –

El director ejecutivo intentó zanjar rápidamente la polémica. El 9 de marzo, durante la junta anual de accionistas, anunció que Disney iba a dar cinco millones de dólares a grupos pro-LGBTI.

También aseguró que había llamado al gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, para expresar «la decepción y la preocupación» de la compañía por una ley que «podría ser utilizada para atacar injustamente a los niños y familias gays, lesbianas, no binarios y transexuales», según el diario Los Angeles Times.

Chapek no logró apagar el incendio. El mismo día, Human Rights Campaign (HRC), la mayor organización estadounidense de defensa de la comunidad LGBTI, rechazó la donación de Disney mientras la compañía no trabaje para evitar que propuestas como las de Florida «se conviertan en leyes peligrosas».

Y el semanario Variety publicó una carta firmada por trabajadores LGTBI del estudio de animación Pixar, en la que denunciaban que «casi todos los momentos de afecto abiertamente gay» en sus obras «se cortan a instancias de Disney».

Las críticas arreciaron en las redes sociales, y la controversia aumentó cuando medios de comunicación revelaron que, entre los políticos que recibían donaciones de Disney en Florida, había varios senadores republicanos a favor de la polémica ley educativa.

El pasado viernes, Chapek anunció en un comunicado la suspensión de todas las donaciones políticas en Florida hasta nuevo aviso.

Pero esa decisión no convenció al grupo de empleados LGTBI de Disney que convocó las protestas de esta semana.

En un texto publicado en internet, ese colectivo exigió retirar de forma permanente los pagos a políticos implicados en la ley floridana y criticó a la directiva por su «apatía».

«Las recientes declaraciones y la falta de acción de los directivos» de Disney respecto a la ley de Florida «no han estado a la altura de la magnitud de la amenaza a la seguridad del colectivo LGTBI que representa esta legislación», señala el comunicado.

«Disney debe reafirmar el compromiso de la empresa de proteger y defender a su personal LGTBI, incluso ante el riesgo político», añade.

La semana de manifestaciones culminará el próximo martes con un paro general convocado en todo el país.

AFP