Un nuevo convoy de la ONU debe llegar este viernes a Mariúpol para evacuar a los civiles refugiados en la acería de Azovstal, el último foco de resistencia en este puerto del Donbás, en el sureste de Ucrania.
La misión coincide con el anuncio de Rusia de una tregua de tres días a partir del jueves para permitir la salida de los civiles atrapados en ese complejo industrial, aunque las tropas ucranianas denuncian que se está incumpliendo.
A pesar de esta incertidumbre, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, anunció el jueves el envío del convoy hacia esta ciudad asediada por las tropas rusas desde casi el comienzo de la invasión.
Las autoridades locales aseguran que sigue habiendo unos 200 civiles atrapados en la red de pasillos subterráneos de la acería, donde también resisten las últimas unidades de defensa ucraniana.
«La operación está empezando. Rezamos por su éxito», dijo por teléfono a la AFP Iryna Vereshchuk, vice primera ministra de Ucrania.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el jueves que «sigue dispuesto» a garantizar una evacuación «segura» de los civiles, pero instó a Kiev a ordenar a los milicianos que siguen en la planta que «depongan las armas».
Las informaciones desde el lugar son contradictorias. Mientras el Kremlin asegura que los corredores humanitarios «están funcionando» y que la tregua se está respetando, el ejército ucraniano asegura que las fuerzas rusas prosiguen su ofensiva contra la acería Azovstal.
Las fuerzas rusas «en ciertas zonas, con el apoyo de la aviación, han reanudado sus operaciones para hacerse con el control de la fábrica», indicó el viernes el ministerio de Defensa ucraniano en un comunicado.
En total, casi 500 civiles ya fueron evacuados de Mariúpol estos últimos días, informaron el viernes las autoridades ucranianas.
– Ofensiva frenada –
Después de más de dos meses de asedio, las tropas rusas controlan casi todo Mariúpol, una ciudad a orillas del mar de Azov de casi 500.000 habitantes antes de la guerra en el sur del Donbás.
Su toma total sería una victoria importante para Rusia antes del 9 de mayo, día en que celebra con un gran desfile militar en la plaza Roja de Moscú su victoria ante la Alemania nazi en 1945.
Además, a nivel estratégico, esta urbe permitiría consolidar la conexión entre los territorios ocupados en el Donbás oriental con la anexionada península de Crimea en el sur.
Desde el inicio de la invasión el 24 de febrero, Moscú solo ha podido reivindicar el control total de una ciudad de importancia, Jersón, en el sur, cerca de Crimea.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció el jueves que el respaldo occidental a Kiev había frenado su ofensiva contra Ucrania.
«Estados Unidos, Reino Unido, la OTAN en su conjunto comparten permanentemente informaciones con las fuerzas armadas ucranianas. Combinado con las entregas de armas (…) estas acciones no permiten concluir rápidamente la operación», dijo a la prensa.
Peskov hizo estas declaraciones después de que el periódico The New York Times publicara que la información ofrecida por Washington a Kiev ha permitido abatir a varios generales rusos, una información desmentida el jueves por el Pentágono.
Estas acciones, precisó Peskov, «no tienen capacidad para impedir» los objetivos de Rusia en esta guerra que, tras 10 semanas, ha causado miles de muertos y ha provocado el exilio de más de cinco millones de personas.
– Recaudación de fondos –
En el frente diplomático, los países occidentales siguen incrementando su presión sobre Rusia, sujeta a una serie de sanciones sin precedentes.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se dijo favorable a confiscar los activos rusos congelados en la Unión Europea en el marco de estas sanciones para contribuir a la reconstrucción de esta antigua república soviética.
Los dirigentes de las grandes potencias del G7 mantendrán el domingo una reunión virtual dedicada en gran parte a la guerra en Ucrania en la que participará su presidente, Volodimir Zelenski, anunció el viernes una portavoz del canciller alemán, Olaf Scholz.
Por su parte, Zelenski lanzó una campaña mundial de recaudación de fondos a través de una plataforma mundial. «En un solo clic, usted puede donar fondos para ayudar a nuestros defensores, salvar a nuestros civiles y reconstruir Ucrania», dijo.
Además, el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki anunció la recaudación de más de 6.000 millones de euros (6.300 millones de dólares) para dicho país en una conferencia de donantes organizada en Varsovia.
Además de la ayuda financiera y militar, los aliados de Ucrania también han tomado sanciones sin precedentes contra Rusia.
En lo que sería su medida más dura hasta ahora, la Comisión Europea propuso que los 27 países miembros de la UE prohíban gradualmente las importaciones de petróleo ruso.
Pero el primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orban, se opone al embargo y el viernes acusó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de «atacar» la unidad del bloque.
Hungría es totalmente dependiente del petróleo ruso y un embargo equivaldría a «una bomba nuclear sobre su economía», dijo Orban este viernes.
La guerra también estuvo presente en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde varios países y el secretario general de la organización pidieron un cese de la violencia, aunque sin hacer referencia a unas negociaciones de paz actualmente estancadas.
«La invasión de Ucrania por Rusia es una violación de su integridad territorial y de la Carta de las Naciones Unidas», dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
AFP