Amnistía Internacional en su más reciente informe anual revela, una situación alarmante en Venezuela, debido a que hay más de 900 personas detenidas arbitrariamente después de una represión tras las protestas postelectorales, además de reportes de tortura y un deterioro de las condiciones de detención.
«Esta grave crisis de derechos humanos ocurre en un contexto regional preocupante por expulsiones masivas de personas venezolanas migrantes, que vulnera todos los acuerdos y pactos internacionales sobre la protección de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo», alerta Amnistía Internacional.
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La organización denunció que al menos 24 personas perdieron la vida entre el 28 de julio y el 1 de agosto, entre los que estaban dos menores de edad, y las catalogó como ejecuciones extrajudiciales.
«Amnistía Internacional expresa profunda preocupación por las denuncias de tortura y otros malos tratos infligidos a los detenidos, incluyendo niños y mujeres. Se documentaron casos de golpizas, asfixia, descargas eléctricas, amenazas y violencia sexual. Las víctimas fueron obligadas a realizar declaraciones autoinculpatorias que luego fueron utilizadas en procesos judiciales, en flagrante violación del derecho internacional. Las condiciones de detención continuaron deteriorándose, caracterizadas por hacinamiento, falta de acceso a alimentos y agua potable, y atención médica inadecuada», dice el informe.
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