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EL PAÍS: “Ni Ortega ni Maduro están dando ninguna muestra de un diálogo constructivo”

Una seguidilla de comunicados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alerta sobre el deterioro de los derechos humanos en la región. El fin de semana pasado condenaron las ejecuciones extrajudiciales en Venezuela contra jóvenes varones en situación de pobreza. Luego alzaron la voz contra el asesinato de la periodista mexicana Lourdes Maldonado.

La CIDH hdenunció nuevamente la delicada situación de los presos políticos en Nicaragua, en particular la de las mujeres recluidas en precarias condiciones en la cárcel de El Chipote, sometidas, junto a sus familiares y defensores, a tratos vejatorios.

“El encarcelamiento de las mujeres adquiere una dimensión propia que podría resultar en vulneraciones particulares a sus derechos, derivadas de su condición de género”, advierte el comunicado difundido.

Esmeralda Arosemena de Troitiño, exmagistrada de la Corte Suprema de Panamá y relatora de la CIDH para Venezuela y Nicaragua, repasa las principales preocupaciones sobre lo que las crisis de ambos países implican para la región.

En entrevista para El País, recalcó que para el órgano internacional es prioridad el tema de presos políticos, «porque es la vida y la integridad de una persona en las condiciones que hoy se denuncian, son los testimonios de mujeres y hombres que están sufriendo tortura, que sus vidas están en peligro. Debe ser una condición sine qua non para todo diálogo».

De este modo, sobre qué pueden los países de la región ante la indiferencia de Maduro y Ortega, resaltó:

«ún a la región le está faltando la consciencia de humanidad, de compromiso con la gente, no del compromiso con ideologías. Se trata de la humanidad. En Venezuela hay seis millones de personas que se fueron de un país que era rico, hay una Nicaragua que mostró al mundo su lucha por la libertad y hoy está así. A nuestros países aún le falta este análisis más allá de la conceptualización política. Necesitamos una nueva humanidad, más solidaria y equitativa. Esos son los principales objetivos de un diálogo objetivo y constructivo, aunque hoy ni Ortega ni Maduro están dando ninguna muestra de un diálogo constructivo. No es un hombre o una mujer en el poder, es toda la institucionalidad de esos países que debe funcionar. Lo que estamos viviendo en los países para atender la crisis migratoria de Venezuela también está impactando nuestras democracias. No es el caso de Nicaragua ni el caso de Venezuela es el caso de la región.»

Respecto al informe de la Misión Independient de la ONU y otros que señalalan las ejecuciones extrajudiciales en Venezuela  como herramienta de control social, puntualizó:

«Partimos de la misma calificación, si son ejecuciones están fuera del Estado de Derecho. Es una fuerza de seguridad que ve al que está en la calle como enemigo, una institución de seguridad para quien no está a sus pies es su enemigo. Las ejecuciones extrajudiciales a la hora de la hora se van a constituir en crímenes de lesa humanidad y el propósito es ese: intimidar y acallar. ¿Qué hay allí? También hay un sistema de justicia donde la impunidad es la característica. Ya no solo son fuerzas policiales, sino grupos civiles que asumirán que están “limpiando la sociedad”. No se reconocen que son ejecuciones extrajudiciales, sino que las catalogan como “resistencia a la autoridad” y con esa frasecita están matando a la gente y por eso los venezolanos se siguen yendo. Eso va destruyendo el sentido de país, de comunidad, y cuando todo eso se pierde es tremendo. ¿Cómo vamos a vivir con temor incluso al vecino? Es lo que implica el control de la vida de la gente, para que no puedas ni hablar y es un peligro que nuestra región tenga esas realidades.»

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