El Vaticano informó que el papa Francisco sufrió una crisis respiratoria asmática y necesitó una transfusión de sangre, por lo que sigue en peligro y su estado es de pronóstico reservado.
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«Esta mañana, el papa Francisco ha presentado una crisis respiratoria asmática prolongada, que también ha requerido la aplicación de oxígeno a alto flujo. Los análisis de sangre de este sábado también mostraron una plaquetopenia, asociada a anemia, que requirió la administración de hemotransfusiones», indicó El Vaticano en un comunicado.
También dijo que el Santo Padre continúa alerta y ha pasado el día en un sillón, aunque con más dolor que ayer. «Por el momento, el pronóstico es reservado», agregó.
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El doctor Sergio Alfieri, director del departamento médico-quirúrgico del hospital Policlínico Gemelli, afirmó temprano que el papa “padece de una bronquitis asmática crónica”, de la que ya no se recuperará.
«Aunque se recupere, la bronquitis asmática y la bronquiectasia permanecen. La enfermedad crónica permanecerá”, explicó Alfieri, quien aseveró que el pontífice no está conectado a ninguna máquina para respirar ni tampoco intubado.