En Venezuela, el salario mínimo de un trabajador promedio es de 2.400.000 bolívares. Hasta este lunes, esa cifra equivalía a 2,3 dólares estadounidenses, si se tomaba como referencia la tasa de cambio establecida por el mercado paralelo.
Sin embargo, el costo de la canasta alimentaria del mes de noviembre sobrepasó los 40 millones de bolívares. En Nueva Esparta, por ejemplo, una familia promedio requirió 49.745.675 bolívares para comprar carne, huevos, pollo, harina de maíz precocida, arroz, pasta, queso blanco y aceite comestible.
Al ser llevada a dólares, las cifras revelan que, en la Venezuela actual, un núcleo familiar de unas cuatro personas necesita 40 dólares o más para comprar la cantidad de alimentos correspondiente a una semana.
Los números, que evidencian la pulverización del poder adquisitivo de los venezolanos, motivaron una protesta que se desarrolló, este martes, al este de Caracas. Durante la movilización, los participantes, trabajadores del sector salud, enterraron de forma simbólica al salario mínimo.
Con ese objetivo, los manifestantes recrearon una urna a la que cubrieron con bolívares y con las siglas QEPD (que en paz descanse). También extendieron una pancarta de fondo negro y letras blancas, en la que se leía la frase “salario derecho humano”.