Los equipos de bomberos de Cabimas, junto con personal de la estatal petrolera de Venezuela, Pdvsa, continúan trabajando intensamente para controlar un incendio que ha estado activo por casi 24 horas. A pesar de sus esfuerzos, la situación se ha complicado, especialmente tras una segunda explosión relacionada con un rebosamiento por ebullición.
Según el periodista Jhorman Cruz, al área acudieron funcionarios y ciudadanos para colaborar con la logística en la zona. Sin embargo, la batalla contra el fuego ha sido difícil, con informes de hasta cuatro explosiones en total. La segunda explosión, en particular, resultó en 21 personas con quemaduras leves de primer y segundo grado.
Al cierre de la media noche del martes 15 de octubre, los equipos de emergencia continúaban en el lugar, trabajando para sofocar las llamas y garantizar la seguridad de la comunidad. Además recomendaron a los residentes mantenerse alejados de la zona afectada mientras las autoridades evalúan la situación.
Actualización 9:50 p.m. | El tanque petrolero incendiado suma 17 horas tras el impacto de un rayo que generó la primera explosión en el área de Pdvsa Las Salinas, en Cabimas, este 15 de octubre.
Los bomberos de Cabimas y Pdvsa siguen en el sitio, pero les ha costado mucho https://t.co/46HWzTGvKX pic.twitter.com/EkfjTxImrc
— Jhorman Cruz (@Jhormancruz1) October 16, 2024
El tanque involucrado contenía aproximadamente 75,000 barriles de petróleo cuando se desató la emergencia, según el jefe de bomberos, Mufid Houmeidan. A pesar de la magnitud del incidente, se ha determinado que no es necesario evacuar a las comunidades cercanas.
Fuentes cercanas a las operaciones han indicado que la terminal Bajo Grande, utilizada por PDVSA y Chevron para la exportación de crudo, no se ha visto afectada por este incidente.
En un contexto más amplio, el estado de alerta en la industria petrolera se intensifica tras un evento similar ocurrido en julio en Anzoátegui, donde se investigó una explosión en una tubería de gas como posible acto de «sabotaje».
Por otra parte, más de un centenar de empleados de PDVSA, así como otros en el Ministerio del Petróleo y en el sector público, han sido forzados a renunciar debido a sus opiniones políticas tras las recientes elecciones controvertidas. Altos ejecutivos han instruido a los trabajadores a asistir a manifestaciones de apoyo al dictador Maduro y han monitoreado sus actividades en redes sociales. Aquellos que no apoyan al régimen han enfrentado despidos.
En otro ámbito, el ex embajador de España en Venezuela, Raúl Morodo, ha sido condenado a 10 meses de prisión por ocultar ganancias relacionadas con PDVSA. Su hijo, Alejo Morodo, también ha aceptado una pena de dos años de cárcel por delitos fiscales, en el contexto de un acuerdo que redujo las penas originales propuestas por la Fiscalía.