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EE.UU

Juez comienza la división de los $1.000 millones de Surfside

Con el hito de un acuerdo de conciliación de $1,000 millones a sus espaldas, los familiares de las 98 personas que murieron en el derrumbe del edificio de condominios de Surfside comenzaron esta semana las audiencias privadas con un juez de Miami-Dade que calculará el valor monetario de cada víctima, un proceso guiado en parte por ecuaciones actuarias pero también cargado de dolorosas emociones.

Si bien los familiares y sus abogados pueden argumentar ante el juez de circuito Michael Hanzman que todas las víctimas tuvieron el mismo destino trágico —como los pasajeros de un accidente aéreo—, la ley de la Florida dicta que no recibirán partes iguales del histórico acuerdo. Inevitablemente, algunos recibirán más que otros.

Y en virtud de la ley estatal, algunos familiares en duelo, como los hermanos y hermanas, pudieran recibir algunas indemnizaciones, mientras que otros pudieran tener derecho a poco o nada, debido a quienes se considere que son los primeros en la fila para tener derecho a los pagos.

“Aparte de las secuelas inmediatas, cuando todos esperábamos con agonía, esta fase será la parte más dolorosa y desgarradora de todo el calvario”, dijo Pablo Rodríguez, abogado de Miami cuya madre y abuela murieron en el derrumbe.

La tarea del juez de repartir el enorme acuerdo de compensación la demanda colectiva, alcanzado el mes pasado con una serie de demandados, es desalentadora. Una parte del cálculo del valor de una víctima se basa en la edad, la ocupación y los ingresos esperados de por vida. Pero también tendrá en cuenta el factor intangible y sustancial del dolor y el sufrimiento que padecen los familiares de los distintos cónyuges, hijos, padres, abuelos, hermanas y hermanos que murieron cuando el edificio Champlain Towers South se derrumbó en junio del año pasado.

Esos intangibles abundan. Las edades de las víctimas oscilan entre uno y 92 años. Entre ellas hay abogados, médicos, contadores, ingenieros, actores, estudiantes universitarios, jubilados, un músico, una azafata, un instructor de pilates y un rabino. Estaban las hermanas Guara, Lucía, de 10 años, y Emma, de 4, que murieron con sus padres y cuyas futuras carreras y ganancias solo pueden adivinarse: Lucía aspiraba a ser astronauta y Emma quería ser princesa. Estaba Elena Chávez, de 87 años, que seguía trabajando como agente de viajes. Theresa Velásquez, de 36 años, que murió junto a sus padres, era ejecutiva de LiveNation y ex DJ de Miami Beach. Nicole Langesfeld, de 26 años, quien murió con su esposo, era una joven abogada que había impresionado a Hanzman durante una audiencia.

Hanzman, asistido por un contador y un juez retirado que se ha especializado en casos de daños personales y muerte por negligencia, tiene previsto completar su revisión de docenas de reclamaciones por daños para finales de agosto. Consultarán las declaraciones de impuestos, los registros de pensiones, las tablas actuarias, las indemnizaciones de los jurados en el pasado y los datos de ingresos de la Oficina de Estadísticas Laborales y la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Los resultados no se harán públicos, a diferencia del acuerdo de conciliación aprobado por el juez. Se espera que él distribuya todo el dinero del acuerdo de conciliación, menos los $100 millones que decenas de abogados de los demandantes han solicitado por su trabajo por horas en el caso de negligencia de acción colectiva, que dio lugar a uno de los mayores acuerdos de conciliación en la historia de la Florida.

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