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EE.UU

Preocupación en EEUU por seguridad de las vacunas contra el COVID

Janelle Witten vive en Gastonia, Carolina del Norte, con su esposo y su hijo de seis años. Durante la pandemia de coronavirus, ella y su familia se han adherido de manera responsable a las pautas de las organizaciones de salud como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Siguiendo las recomendaciones se han mantenido socialmente distantes a personas ajenas a su familia, se lavan las manos y usan sus máscaras.

Pero a pesar de que Witten cree que el COVID-19 es una amenaza real, dijo que no recibirá la vacuna cuando esté disponible para el público.

“No estoy en contra de las vacunas y le doy a mi hijo todas las vacunas sugeridas”, le dijo a la VOA, “pero no vamos a recibir esta vacuna COVID en el corto plazo. Es demasiado nuevo».

Witten no está sola. Una encuesta de octubre realizada por la Kaiser Family Foundation encontró que el 62% de los adultos estadounidenses estaban preocupados porque la administración Trump presionó a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para aprobar una vacuna contra el coronavirus antes de las elecciones presidenciales.

Una encuesta publicada la semana pasada mostró que, entre los afroamericanos que sufren una de las tasas de mortalidad más altas por el virus de cualquier grupo racial, solo el 14% confía en que una vacuna para COVID-19 será segura. Una explicación de esta desconfianza puede ser la trágica historia de los negros sometidos a experimentos médicos poco éticos por parte del gobierno, que se remonta a la década de 1930.

Este es el desafío al que se enfrentan los formuladores de políticas de salud cuando dos compañías farmacéuticas estadounidenses, Pfizer y Moderna, anunciaron resultados iniciales positivos, el mes pasado, de sus ensayos clínicos de Fase 3, allanando el camino para que las dosis de la vacuna estén disponibles para miembros selectos del público estadounidense tan pronto como este mes.

De hecho, los reguladores estadounidenses están bajo presión de la Casa Blanca para acelerar el proceso de revisión, ya que Gran Bretaña otorgó el miércoles la autorización de emergencia para la vacuna contra el coronavirus de Pfizer, adelantándose a Estados Unidos y a los países de la Unión Europea sobre permitir vacunas masivas contra la enfermedad letal.

Si bien muchos están celebrando la noticia del éxito de Pfizer y Moderna, algunos expertos y grupos de defensa ya están enfocados en el siguiente paso: asegurar que un porcentaje suficiente de la población (entre el 70% y el 90%, según la Universidad Johns Hopkins) esté inmunizado.

Con información de VOA