La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, visitó este sábado a inmigrantes hondureños que permanecen en albergues en la frontera sur de Estados Unidos, informó su gobierno.
«No podemos desconocer que esta es una crisis humanitaria y que se requiere de un gran esfuerzo de parte de todos para garantizar la seguridad, la libertad, la atención con dignidad y respeto a los derechos», afirmó Castro en un video divulgado por la presidencia.
La gobernante llegó a la ciudad de MacAllen, Texas, en compañía del secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, con quien abordó en una reunión la problemática migratoria y sus posibles soluciones.
En el lugar visitaron los refugios donde se encuentran migrantes hondureños, particularmente los menores de edad no acompañados por adultos que llegaron desde Honduras en los últimos años.
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Para Castro es importante no solo «ver las causas de lo que significa la migración», sino «cambiar (a) un sistema económico que sea más equitativo y que permita a los gobiernos tener la posibilidad de poder luchar contra la pobreza».
La jefa de Estado afirmó que la migración de su país a Estados Unidos es producto de las «dictaduras, narcotráfico y corrupción» de los últimos doce años.
«Creo que nunca en la historia habíamos visto un éxodo de familias enteras de nuestro país buscando oportunidades por los niveles de violencia y pobreza» imperantes, lamentó.
Desde 2014, durante la llamada «crisis humanitaria», cuando más de 46.000 menores de 18 años cruzaron desde México procedentes de los países del norte de Centroamérica -El Salvador, Guatemala y Honduras-, cientos de niños hondureños permanecen en albergues. Y la cifra ha ido en aumento.
Honduras es generador de una masiva migración hacia Estados Unidos. Según expertos, hasta 1.000 hondureños salen del país cada día en busca del «sueño americano» de mejores condiciones de vida.
Pero, a la vez, el país es puente para miles de extranjeros que llegan desde Sudamérica y otros continentes con rumbo a Estados Unidos.
AFP