El dictador Nicolás Maduro ofreció una «alfombra roja» y «abrazos de amor» para las empresas del sector petrolero que quieran operar en Venezuela tras la revocación de la licencia a Chevron por parte de la administración Trump.
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«El que quiera venir a trabajar con nosotros, puertas abiertas, alfombra roja y abrazos de amor. El que quiera venir. El que no pueda venir porque se lo prohíban, lo queremos mucho, pero nosotros vamos a seguir produciendo», comentó Maduro.
«Lamentamos mucho al que le prohíban por un decreto imperial producir y ganar dinero en Venezuela, y ganar-ganar como gana el Estado. Los queremos mucho, nos vemos en el camino (…) Todos los campos petroleros del país seguirán produciendo, creciendo y consolidando su producción»», agregó.
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El tirano, por otra parte, aseguró que nadie «en este mundo» podrá sacar a Venezuela de la ecuación de estabilidad y seguridad energética del mundo actual del siglo XXI.
«Puedo declarar, en pleno uso de mis facultades constitucionales, en pleno uso de mi conciencia como presidente-pueblo, que Venezuela está y estará en base a nuestra constitución y leyes, del ejercicio de nuestra soberanía y nuestra autodeterminación, abierta a todas las inversiones internacionales, petróleo, gas, petroquímica y refinación», dijo.